En la inmensa y helada Patagonia, José Antonio Kusanovic se describe como "una especie media rara en extinción". Dice que no teme vivir en soledad. Desde hace tres generaciones que su familia ha subsistido de la ganadería y el campo en la Región de Magallanes, Chile.
“A donde van los animales nosotros vamos”. Así describe el ganadero su trabajo de toda la vida. Y esa tarea no la ejerce solo, sino que con sus perros pastores. En un principio eran los perros arrieros como el barbucho. Un animal capaz de guiar a dos mil ovejas por su cuenta.
Pero también en el camino se fueron presentando otros desafíos, entre ellos, la depredación. Era común que pumas y zorros colorados visitaran los terrenos a comerse el ganado. ¿Cómo lograr la armonía entre la vida silvestre y la presencia del ser humano?
Los ganaderos de la Patagonia recurrían a la caza. José Antonio lo describe como "un remedio a una enfermedad", pero no era la cura. Esto cambió cuando los Kusanovic-MacLeod encontraron una solución: la crianza de perros pastores protectores del ganado, práctica poco habitual en Sudamérica. Desde entonces, José Antonio se dedica a la crianza y adiestramiento de perros protectores y arrieros en su estancia en colonia Isabel Riquelme, Puerto Natales.
"Entre pampa, hielo y perros pastores" explora el trabajo de uno de los tantos ganaderos de la vasta y silenciosa Patagonia y su estrecha relación con los perros pastores.